Aunque hace calor, una de las muchas razones por las que me gusta el verano es porque puedo salir a correr, montar en bici, jugar al pádel… al aire libre, sin preocuparme de si lloverá o de si voy demasiado abrigada. Es un lujo, el domingo lo pensaba mientras trotaba un poco por mi querido Parque de El Retiro, además a primera hora la temperatura es perfecta, o por lo menor para mí que no soy demasiado calurosa jiji.
Sin embargo, debemos tener en cuenta una cosa que parece que a muchas personas se les escapa, y que en las campañas de promoción de la salud tampoco se le da demasiada relevancia. Durante la práctica de ejercicio físico el sol está ahí, su radiación “da de lleno” en nuestra piel, y como mínimo solemos estar una hora expuestos. Normalmente hablamos de proteger nuestra piel cuando estamos en la playa o en la piscina porque parece que es cuando estamos más expuestos, pero no hay que pasar por alto que mientras corremos, hacemos senderismo en la montaña, jugamos un partido de tenis, o montamos en bici la exposición es la misma.
El caso de un profesional
Hace unos años tuve la oportunidad de entrevistar al tenista Félix Mantilla en relación con este tema. Él había superado un melanoma (cáncer de piel) y reconocía que la causa de la enfermedad había sido las horas de entrenamiento y de partidos jugando en pantalón y camiseta corta, y sin aplicarse ninguna crema con fotoprotección solar. Afortunadamente lo había superado, pero me contaba que había sido muy duro porque no se lo detectaron en su primera fase. Por ello, mejor que nadie, explicaba lo importante que era usar estos productos con el factor de protección adecuado al tipo de piel, así como ropa que cubra lo máximo posible el cuerpo, como son los pantalones piratas, y nada de camisetas sin mangas.
Tus escudos en el entrenamiento
Afortunadamente cada vez estamos más concienciados con este tema, y la industria ofrece productos que nos ayudan a realizar ejercicio protegiendo nuestra piel. De hecho, ya podemos encontrar a precios muy razonables (no como antes) camisetas diseñadas con un filtro especial que protege la piel (no deja pasar la radiación), hace poco le compré una a mi hermano y le encantó 😉 Si os interesa, preguntadme y os cuento dónde la compré.
Por otro lado, la dermocosmética también ha diseñado productos fotoprotectores con una textura y características especiales para la práctica de ejercicio físico. Y es que muchos deportistas ponen la excusa de que no se aplican estas cremas porque con el sudor forman una pasta tipo cemento que se queda pegada en la piel jaja. Eso era hace muchos años, ahora nos la aplicamos y en cuestión se segundos la piel ya la ha absorbido, y además no pierde su factor de protección con el sudor. Aún así, repite la aplicación:
- Cada dos horas.
- Tras haber sudado mucho.
- Después de nadar.
- Si te has secado con una toalla.
Os puedo recomendar dos productos que yo he probado y me han ido muy bien, me gusta la sensación que producen cuando te los aplicas, y que ni se nota que te la has echado cuando realizas ejercicio.
Uno de ellos es el Fotoprotector ISDIN® Fusión Gel. Sólo con ver su envase te das cuenta que ha sido diseñado especialmente para la práctica deportiva. Es invisible, muy fresca, se aplica perfectamente y no deja ningún tipo de resto.
El otro que también me gusta es Avène Solar Spay SPF +50. Como su nombre indica, se presenta en formato spray por lo que también se aplica fácilmente, resiste al agua y al sudor, y además también lleva Agua termal de Avène que calma la piel y evita que se irrite.
No os olvidéis
Peco de pesada, pero no me importa, por favor, aunque sean resistentes al agua y al sudor, hay que repetir las aplicaciones en los momentos que os he indicado. Además:
- Evita las horas de mayor radiación solar.
- Usa prendas claras.
- No te olvides de usar unas gorra y unas gafas de sol homologas.