Disfrutar de las vacaciones sin subir de peso ¡es posible!

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Quizás para algunos llegue tarde este post porque ya estén en sus deseadas vacaciones o ya hayan vuelto (nada de depresión post-vacacional eh!), pero para los que aún estamos esperando ansiosos esos días de descanso, puede que les sea de ayudar saber algunos truquitos para que el relax no pase factura a la hora de subirnos a la báscula, es decir, nos mantengamos en nuestro peso.

No hay mucho misterio

Para los que habéis sido “buenos” durante todo el año no vais a tener ningún problema en manteneos en vuestro peso. La clave está en adquirir unos hábitos a seguir a lo largo de toda la vida, no sólo en momentos puntuales, por lo que nos dará igual estar de vacaciones o trabajando. Es cierto que durante el verano tendemos a saltarnos un poco esos hábitos, quizás porque no podemos mantener nuestra rutina de entrenamiento o porque no podemos evitar comer más de un día en el chiringuito de la playa o cenar un helado, pero está comprobado que si esos pequeños excesos los compensamos de forma saludable, nada de medidas drásticas como los ayunos, nuestro cuerpo apenas lo nota.

10 claves para mantenerse

Por el contrario, quienes se han centrado en estos últimos meses en perder algo de peso y lo han conseguido ¡enhorabuena!, es muy importante que ahora no tiren todo por la borda porque sino la vuelta de las vacaciones es un auténtico calvario: otra vez la rutina y encima con tres kilos de más…. Además si has conseguido adelgazar de forma saludable, seguro que has adquirido los hábitos de los que te hablaba, así que no pierdas la oportunidad de convertirlos en tu forma de vida, verás todas las satisfacciones que te produce sentirte sano, en forma, y súper buenorr@ ;-).

Así que para pasar las placenteras pero tentadoras vacaciones sin que varíe vuestro peso, apuntad estos consejos:

  1. Desayuno, de nuevo la clave. Tampoco en vacaciones debes saltártelo, aunque te levantes más tarde. Es un comida clave para nuestro bienestar, y es un buen momento para aprovechar los beneficios de ciertas frutas, como la piña, el kiwi o el pomelo, que ayudan a depurarnos. Además es la comida en la que nos puede resultar más fácil no cometer excesos. Piensa, si ya por la mañana comienzas con un bollo de chocolate, cualquier “extra” que te comas o bebas a lo largo del día, sumará muchas calorías. Tienes miles de alternativas para desayunar de forma saludable, tostadas de pan integral con un tomate natural o un par de lonchas de pavo, un cuenco de avena y yogur desnatado, un vaso de leche desnatada con un montadito de queso de burgos…
  2. Aprovecha la playa para moverte. Es un lugar en el que se habré un gran abanico de psobilidades para poder hacer algo de ejercicio, desde correr por ella hasta alquilar  un patinete y no parar de pedalear en el mar (perfecto ejercicio de pierna). Si quieres tomar el sol (con fotoprotección por favor), mejor date un paseo por la orilla que quedarte tumbada en la arena, así también aprovecharás los beneficios que el agua del mar aporta a tu piel. Si esto te aburre, cómprate unas palas y organiza un torneo con tus amigos. Con una horita que estés activo en la playa, ya estarás acelerando el metabolismo, lo que facilitará la quema de calorías que te puede aportar un helado, por ejemplo.
  3. Alternativas más saludables. No te voy a pedir que te pases todo el verano sin comerte un helado, pero sí puedes optar por otras opciones. Ahora están en todas las esquinas las tiendas de yogur helados. Muchos de ellos son bajo en calorías y endulzados con stevia, si además eliges como topping alguna fruta fresca o frutos secos, te estarás dando un capricho delicioso y más respetuoso con tu peso 😉
  4. Disfruta del pescado. Es una época perfecta para disfrutar del pescado. En cualquier restaurante de playa encontrarás en su carta diferentes tipos de pescado, en Cádiz un buen atún rojo (puff me pirra….), en Málaga unos espetos (más sanos imposibles), o en Galicia un pulpo. Son manjares de nuestras costas súper saludables y deliciosos. Deja para días más puntuales la fritura (demasiada harina y aceite de freidora).
  5. Reduce los hidratos. No debemos quitarlos de nuestra dieta, pero lo cierto es que si no vamos a estar muy activos, es mejor reducirlos y tomarlos en las primeras horas del día, en el desayuno o en la comida. Además, si eres de paella, ahí ya los tienes 😉
  6. Experimenta con las ensaladas. Para mi son la mejor alternativa para comer o cenar en verano porque no me quitan nada de tiempo y me encantan. Puedes prepararlas de muchísimas formas componiendo un plato único y muy completo. De arroz o pasta integral (estas mejor para comer), con algo de legumbre cocida (me decanto por los garbanzos con pimiento rojo, puff) , introduce fruta, frutos secos, aliña con una salsa de yogur desnatado, o con un zumo de naranja… prueba, prueba, verás como no querrás comer otra cosa.
  7. Siempre con tu botella de agua. Además de que es vital hidratarte mucho cuando aprieta el calor, beber agua es una de las claves para mantenernos en nuestro peso porque favorece la depuración. Añádela un zumo de un limón, o combínala con un té verde para cambiar de sabor y  que resulte aún más diurética. Recuerda, al menos toma dos litros cada día.
  8. Cuidado con el alcohol. Parece que al beber no sumamos calorías, pero las bebidas alcohólicas aportan muchas calorías vacías, es decir, sin ningún tipo de valor nutricional. Las que se salvan un poco son la cerveza y el vino, este último con propiedades antioxidantes, por lo que son las dos bebidas con alcohol que os puedo recomendar tomar de manera ocasional, es decir, no en el aperitivo, a la hora de comer, con la tapita de la tarde, y para que la cena sea más amena… Elige un momento del día para tomarlas, y el resto de momentos opta por zumos naturales o refrescos “light” (también sin abusar).
  9. Al rico bocata. Muchos lo elegimos para comer en la playa o para no perder mucho tiempo en nuestra visita turística. Es una opción muy saludable siempre que elijamos bien los ingredientes. Lo primero un pan integral (mejor pan de toda la vida que el de molde porque aporta más azúcar, a no ser que sea alguno que específicamente indique sin azúcar. Me gustan los nuevos Thins, ¿los habéis probado? son finitos y con cereales, algo que me encanta), y lo segundo proteína baja en grasa, como pavo, pechuga de pollo, una lata de atún, unas sardinas en aceite de oliva, o una tortilla francesa, acompañado de unas rodajas de tomate, un par de zanahorias rayadas, unas hojas de lechuga, o unos espárragos blancos. Son una combinación perfecta y muy equilibrada.
  10. Sé tu mismo. A veces cuando nos vamos de vacaciones con un grupo de amigos o la familia nos cuesta seguir con nuestros hábitos porque ellos “pasan de cuidarse” y nos ven como bichos raros cuando decimos que preferimos un pescado a una pizza. A mí me pasa, bueno ya no, he aprendido a que me dé igual lo que los demás piensen, tengo que hacer lo que me hace sentir bien, y si no lo entienden es problema suyo 😉 No te pares a dar explicaciones a nadie, simplemente sé tu mismo.

Una ayudita para esos días

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Aunque con su toma no te voy a decir que puedes comer todo lo que quieras sin control ni conciencia, lo cierto es que los días en los que sabes que vas a cometer algún exceso (una cena, con su postre y copitas) puedes beneficiarte de las propiedades de Lipo Digest de Arkopharma. Sus enzimas digestivas actúan sobre las grasas para limitar su almacenamiento. Debes tomarte una cápsula 15 minutos antes de sentarte a la mesa. Eso sí, al día siguiente intenta cuidarte un poquito más porque recuerda que no hay pastillitas mágicas, resultan eficaces siempre y cuando seamos constantes y nuestra dieta sea equilibrada.

 

 

 

 

La sonrisa te cambia la vida

Tengo que reconocer que esta semana, por una serie de circunstancias, no estaba siendo la mejor de mi vida.

Siempre intento pensar que soy una mujer muy afortunada, aunque haya tenido malas experiencias en la vida, pienso que hay que aprender de ellas porque te hacen más fuerte y sabio. No me gusta consolarme diciendo «los hay que están peor que yo», porque mal de muchos, consuelo de tonto. Prefiero mirar a la vida desde una perspectiva objetiva y realista, y decir «sí, siempre se puede vivir mejor, pero mi vida es maravillosa».

Sin embargo, como os digo, la semana se me estaba haciendo cuesta arriba, pero hubo algo, una especie de «bofetada» que me hizo reaccionar. Una persona que conozco desde hace unos dos meses, pero que apenas nos vemos una vez en semana y con la que no comparto ningún aspecto personal, ayer, sin venir a cuento, me dijo: «a ti te sonríe la vida». Por un momento no pude reaccionar… Qué veía esa persona en mí para decirme eso? Además justo una semana mala en la que no tenía ganas de nada? Pues estoy segura que lo que veía era mi sonrisa 🙂

Siempre intento sonreír, hasta cuando por dentro tenga ganas de llorar, porque con una sonrisa se ve y te ven diferente. Sonreír es un gesto que de forma inconsciente te hace afrontar la vida de una forma más optimista, los problemas lo son menos y las ganas de seguir adelante aumentan. Además todos tenemos motivos para sonreír porque seguro que no os falta un familiar o amigo que os quiere, o simplemente porque disfrutáis escuchando una canción o comiendo un helado 😉

Todos tenemos motivos, aunque sean muy pequeñitos, para sonreír. Encuentra los tuyos e intenta llevar siempre dibujada una sonrisa en la cara porque disfrutarás aún más de esta maravillosa vida.

Yo lo hago y me funciona.